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on 22 Feb 2019 8:00 AM

Nasuvinsa promueve en Azpilagaña un edificio Passivhaus y construido en madera con 32 apartamentos para personas mayores, en un entorno urbano e integrado en la vida de un barrio consolidado.
 

La sociedad pública Nasuvinsa está promoviendo el proyecto Zure-tokia (‘zur, lugar de madera’ y ‘tu lugar’, al mismo tiempo), dentro de su filosofía de impulsar nuevas políticas de vivienda que den respuesta a las necesidades y las demandas que están planteando hoy las personas mayores, dentro de la filosofía de fomentar un envejecimiento activo.
Se trata de un proyecto para personas mayores de 65 años que, a diferencia de las fórmulas convencionales, se ofertarán en viviendas en régimen de alquiler, dentro de un entorno urbano e integradas en la vida de un barrio consolidado, en apartamentos totalmente accesibles, con espacios y servicios comunes y que introduce las principales innovaciones en edificación sostenible (edifico en Passivhaus, construido en madera y energéticamente autosuficiente con biomasa y techo fotovoltaico).
En una iniciativa de colaboración entre el Gobierno de Navarra y el Ayuntamiento de Pamplona, el vicepresidente de Derechos Sociales, Miguel Laparra; el alcalde Joseba Asiron y el director gerente de Nasuvinsa, José Mª Aierdi, han presentado esta promoción pública de un bloque de 32 apartamentos tutelados de alquiler destinados a personas mayores de 65 años e integrado en un entorno urbano, en el barrio pamplonés de Azpilagaña.
Este proyecto es una experiencia piloto, en la que destaca la colaboración entre dos instituciones públicas –el Ayuntamiento de Pamplona aporta el suelo y el Gobierno de Navarra, la inversión- que parte de un planteamiento de carácter social para ofrecer nuevas fórmulas de vivienda accesible que respondan a los retos arquitectónicos que está planteando la realidad y las necesidades del envejecimiento activo.
Estos apartamentos serán totalmente accesibles, versátiles al poder adaptarse a una o dos habitaciones según las necesidades y circunstancias personales de cada uno de los y las inquilinas y, sobre todo, no son complejos residenciales periféricos, sino que las viviendas de las personas mayores quedan integradas en la vida de un barrio, dentro de la trama urbana, compartiendo espacios comunes y servicios.
Asimismo, este bloque de apartamentos dotacionales destaca por haber introducido importantes factores innovadores en el ámbito de la edificación sostenible, tales como la edificación en Passivhaus –el más exigente estándar de eficiencia energética en Edificios de Consumo Casi Nulo (ECCN)-, la construcción en madera –tanto en estructura como en cerramientos- o por ser la primera promoción pública en aplicar la metodología Building Information Modeling (BIM), tanto en el diseño del edificio y en la dirección de obra como en su posterior mantenimiento.
En cuanto a las innovaciones en la utilización de energías renovables, el edificio Zure-tokia incorpora la biomasa para la alimentación de calor –con una combinación de energía eléctrica y térmica- y un llamado techo fotovoltaico Plug&Play, acompañado por un novedoso sistema de almacenamiento de energía, una solución industrializada que forma parte del proyecto europeo STARDUST de la Smart Community of Pamplona.


Envejecimiento activo en un entorno urbano


La iniciativa de Zure-tokia, cuyo proyecto arquitectónico, promoción e inversión corren a cargo de la sociedad pública de vivienda Nasuvinsa, se ha podido ubicar en un entorno urbano, dentro de un barrio histórico y consolidado, gracias a la fórmula de cesión de suelo por parte del Ayuntamiento de Pamplona de una parcela dotacional de titularidad municipal ubicada en la calle Río Alzania 18, a la altura de la Plaza Manuel Turrillas de Azpilagaña.
Esto permitirá que las personas mayores inquilinas de estos apartamentos no tengan que irse a complejos en la periferia y puedan integrarse en la vida y relaciones sociales de un barrio, en el que dispongan de acceso inmediato a servicios, espacios públicos compartidos o acceder al comercio de cercanía, entre otros aspectos importantes dentro de los programas destinados a favorecer un entorno que estimule un envejecimiento activo.
Así, en la posterior gestión del alquiler de estas viviendas, está previsto que los técnicos de Nasuvinsa trabajen en estrecha colaboración con los servicios municipales del Área de Acción Social del Ayuntamiento de Pamplona y con recursos como la Unidad de Barrio o el tejido asociativo vecinal o sociocultural.
Lo que se pretende con este proyecto, según han destacado tanto el alcalde Asiron como el vicepresidente Laparra, es seguir generando en Pamplona recursos sociales, servicios y espacios abiertos a la ciudadanía para la participación, la convivencia y el empoderamiento, al tiempo que se oferta a las personas mayores una vía para seguir integrados en la vida y el entorno social de la ciudad.
Una vez concluida la redacción del proyecto de ejecución por su propio equipo de arquitectos, la sociedad pública Nasuvinsa se encargará de sacar a licitación próximamente las obras de construcción del edificio y, posteriormente, gestionará el alquiler protegido de los apartamentos a precios asequibles, cuyas rentas servirán para amortizar la inversión en el edificio.
Por otra parte, el edificio cederá espacios en sus dos plantas bajas –con dos superficies diferentes, aprovechando el desnivel que ofrecen diferentes cotas- y sótano para su uso de servicios por parte del Ayuntamiento de Pamplona, concretamente para albergar una jubiloteca en una superficie útil de 280 metros cuadrados y los locales de un Centro Comunitario, con otros 265 metros cuadrados de superficie útil.


Aportación del Campus Ultzama


En cuando a la metodología en el diseño del edificio, el proyecto ha tenido en cuenta las aportaciones y reflexiones surgidas en los grupos de trabajo del Campus Ultzama, una escuela de verano de arquitectura para estudiantes de fin de carrera y posgrados impulsada por Nasuvinsa y la Fundación Arquitectura y Sociedad que ha celebrado ya dos ediciones y que han estado centradas en el propósito de explorar y ofrecer nuevas respuestas arquitectónicas y de tipología de vivienda que respondan a los retos del envejecimiento y las demandas reales de las personas mayores. Concretamente, en la edición del verano de 2016, uno de los grupos de trabajo, tutelado por el arquitecto portugués Eduardo Souto de Moura, esbozó un anteproyecto para esta parcela de Azpilagaña, sobre el que se ha basado ahora el proyecto Zuri-tokia.
En este sentido, el proyecto contempla la construcción de apartamentos totalmente accesibles, transformables en una o dos habitaciones en la distribución interior, en función de las circunstancias o distintas necesidades en las que tengan que vivir sus inquilinos e inquilinas, así como la incorporación en el edificio de espacios comunes como un txoko que funcione a modo de sociedad gastronómica como espacio de convivencia, salas de psicomotricidad y talleres de actividades o la jubiloteca, entre otros.