Históricamente, el crecimiento de las ciudades de Europa ha sido impulsado por el aumento de la población urbana. Hoy en día, aún cuando la presión demográfica es escasa o incluso nula, diversos factores siguen impulsando la expansión urbana (urban sprawl). Estos factores arraigan en el deseo de desarrollar nuevos estilos de vida en los suburbios de los alrededores, fuera del centro de la ciudad. La confluencia de fuerzas que está detrás de estas tendencias incluye tanto micro como macro tendencias socioeconómicas, que están dando lugar a ciudades en expansión (sprawling cities) por toda Europa. Las estrategias e instrumentos para controlar la expansión (urban sprawl) dependen estrechamente de las realidades del día a día de múltiples e interactivos niveles de gobernanza, desde la escala local a la europea. Esto es particularmente cierto en lo que respecta a los importantes flujos financieros que dan forma a la planificación de presupuestos. En la actualidad, la políticas de planificación a menudo son reflejo de la lógica del mercado. Sería mejor que reflejaran una percepción del desarrollo urbano en la que las consideraciones ambientales y sociales estuvieran plenamente integradas en las políticas de ordenación del territorio en todas las etapas del ciclo político, desde la de identificación de problemas y el diseño de políticas, hasta las etapas de implementación y los estadios de evaluación ex-post.